Nadie cruza nuestro camino por casualidad.
Y nosotros no entramos en la vida de alguien sin ninguna razón.
Hay mucho para dar y recibir. Mucho para aprender, con experiencias positivas o negativas.
Y no te lamentes de lo ocurrido, además, reclamar no te servirá de nada, y te vendará los ojos para continuar tu camino.
Cuando no conseguimos olvidarnos que alguien nos lastimó, estamos reviviendo la herida haciéndola, muchas veces, mayor que la que teníamos antes.

¿Y sabemos cuáles eran las expectativas de la otra persona?
A nosotros nos decepcionan, y nosotros
decepcionamos a los demás.
Pero, claro, es más fácil pensar
en las cosas que nos duelen a nosotros.
Te va a hacer bien. Y así, tal vez, te entenderán cuando digas sinceramente, “fue sin querer.”
Da lo mejor que puedas de tí!
Cuando te vayas, la única cosa que dejarás es el recuerdo de lo que hiciste aquí.

Sé bueno, intenta dar siempre el primer paso y nunca niegues una ayuda que esté a tu alcance, perdona y da lo mejor de tí mismo.
SE UNA BENDICIÓN!
Dios no viene en persona para bendecirnos. Él usa a los que están dispuestos a cumplir la misión.
Todos podemos ser ángeles. La eternidad está en nuestras manos. Vive de manera que cuando ya no estés, gran parte de tí continúe en aquellos
que tuvieron la fortuna de encontrarte!!!
0 comentarios